Es una acumulación de pus en cualquier parte del cuerpo que, en la mayoría de los casos, causa hinchazón e inflamación a su alrededor.
Los abscesos ocurren cuando se infecta un área de tejido y el sistema inmunitario del cuerpo trata de combatirlo. Los glóbulos blancos se mueven a través de las paredes de los vasos sanguíneos hasta el área de la infección y se acumulan dentro del tejido dañado. Durante este proceso, se forma el pus, que es una acumulación de líquidos, glóbulos blancos vivos y muertos, tejido muerto, al igual que bacterias u otras sustancias extrañas.
Los abscesos pueden formarse en casi cualquier parte del organismo. La piel, el área subcutánea y los dientes son los sitios más comunes. Los abscesos pueden ser causados por bacterias, parásitos y sustancias extrañas.
Los abscesos en la piel son fácilmente visibles, de color rojo, elevados y dolorosos. Los abscesos que se forman en otras áreas del cuerpo puede que no se vean, pero pueden causar daño a órganos.
Algunos tipos específicos de abscesos son:
Con frecuencia, se toma una muestra de líquido del absceso y se examina para ver qué tipo de microorganismo está causando el problema.
El tratamiento varía, pero a menudo se requiere cirugía, antibióticos o ambos.
Consulte con el médico si piensa que puede tener algún tipo de absceso.
La prevención de los abscesos depende del sitio donde aparecen. Por ejemplo, una buena higiene puede ayudar a prevenir abscesos cutáneos. Con la higiene dental y los cuidados de rutina se previenen los abscesos dentales.
Bolognia J. Infections, hyper- and hypopigmentation, regional dermatology, and distinctive lesions in black skin. In: Goldman L, Schafer AI, eds. Cecil Medicine. 24th ed. Philadelphia, Pa: Saunders Elsevier;2011:chap 449.